En un breve recorrido por la línea del tiempo de los medios de comunicación, podemos encontrar fuentes de información tan remotas como el lenguaje Sumerio, manuscritos
o la imprenta de Gutenberg, el primer medio de comunicación que abrió un
renacimiento y permitió a la humanidad mantenerse informada en una comunicación uno a uno.
Posteriormente, la comunicación
impersonal de la tecnología, avanza en
la búsqueda de acercar distancias cuando se inventa el telégrafo y consecutivamente
la radio, el teléfono, celulares. La
gran invención de las computadoras,
transformó la comunicación en una
red: todos con todos. Al llegar la Internet, desaparece nuestras fronteras y despierta una nueva conciencia en los procesos estructurales del aprendizaje.
Indudablemente, el individuo que
evoluciona y es caracterizado inicialmente por su comportamiento, su curiosidad innata y la
valentía para asumir el riesgo; se transforma en un individuo que poco a poco
crea y transforma el mundo. El
descubrimiento de nuevas mediaciones tecnológicas en la continua aventura del
hombre por mejorar su calidad de vida,
lo apropia de su entorno a través del uso de las herramientas tecnológicas.
Esto conlleva a
repensar, la manera de comunicarnos, de enseñar y de interactuar, de aprender en conjunto, pues ya no se individualiza el conocimiento adquirido. Aun así, el contexto determina quien
estará fuera de él o dentro de una realidad que otorga derechos ciudadanos,
si no nos adherimos a la necesidad de estar en Red como lo demanda la sociedad
actual.